jueves, 25 de marzo de 2010

martes, 23 de marzo de 2010

jueves, 18 de marzo de 2010

PALABRAS DE LA COFRADÍA PARA EL ACTO DEL CORTE INGLÉS



“Si sólo para esta vida tenemos puesta nuestra esperanza en Cristo, ¡somos los más dignos de compasión de todos los hombres!

¡Pero no! Cristo resucitó de entre los muertos, como primicias de los que murieron”
Así exhorta San Pablo a los Corintios.

Cristo murió y resucitó. Y este es el fundamento de nuestra fe y de esta creencia se alimenta nuestra esperanza.
La esperanza, tal vez la más bella de todas las virtudes. Sin duda, la más comprensiva con la naturaleza humana.
La esperanza, lejos de ser pasiva, de quedarse a la espera, detenida, a ver qué pasa… lejos de esto, la esperanza se pone en movimiento, sale al encuentro, va en busca de lo que persigue, de lo que espera, pone todo lo que está de su parte, y así, sin duda, de algún modo, contribuye a que suceda lo esperado, para que venga a ser y se confirme.

En movimiento nos pusimos nosotros en el año 1996. Año en el que fundamos la Cofradía del Cristo Yacente de la Santa Urna, con la esperanza de realzar la Semana Santa de Benavides de Órbigo y acompañar con la solemnidad y dignidad que merece y exige el Entierro de Cristo, la tarde de Viernes Santo. Nuestro párroco tuvo el coraje y nos demostró su confianza al permitirnos convertir en nuestro lema y divisa y dejarnos portar la Santa Urna y su Cristo, en cuyos rasgos no es difícil intuir las manos del maestro Juan de Juni.
En movimiento seguimos desde entonces. Sin cesar un instante en nuestro empeño. Hemos avanzado, es cierto, pero aún tenemos la esperanza de seguir avanzando, de mejorar.
¡Qué engañados estaríamos sin no fuéramos conscientes de cuánto nos queda aún por mejorar! ¡Qué pobres ya!
De todos es sabido que no hay viento favorable para aquel que ignora su puerto de destino. Nosotros, sin embargo, siempre hemos tenido claro cuál es nuestro objetivo:
Dar lo mejor de nosotros mismos. No podemos exigirnos más, pero tampoco nos conformamos ni nos conformaremos con un poco menos, con quedarnos a un casi de llegar.
Caminando, en movimiento, vivos. Tenemos siempre la mirada dirigida hacia el mañana -¡Cómo podría ser de otra manera?-, pero también es bueno, para coger aliento, para calentarse un poco en las gélidas noches de las dudas, volver la vista atrás, no para henchirnos de aire vano, sino para hallar solaz en el tramo ya andado, para encontrar fuerzas en las fuerzas ya empleadas, y descanso en el esfuerzo hecho.
Miramos ahora atrás, hasta el año 2001, año en el que procesionamos por primera vez el Ecce Homo. Una magnífica obra del escultor Xelo de Tremiñá, pero que más allá de su valor artístico, nosotros elegimos por otro motivo:
Si acompañábamos al Cristo Yacente, si lo velábamos en las horas precedentes al momento crucial de nuestra fe, su resurrección, a través de la que Cristo se manifestó como verdadero Dios, también quisimos, queremos acompañarlo en el momento en que se manifiesta como auténtico y verdadero hombre: Ecce Homo. “He aquí el hombre”.
Por eso le acompañamos la noche del Jueves Santo, en su hora más dura y más emocionante, en el Huerto de Getsemaní, cuando acepta el cáliz que su padre le ha reservado, cuando la desesperación es vencida por una esperanza renovada y fortalecida por la asunción y cumplimiento de un deber superior.

Esperanza y compañía,…, hermandad… porque en esto se resume una cofradía: en un grupo de mujeres y de hombres que deciden libremente convertirse en hermanos para vivir su fe.
En un mundo desmembrado como el nuestro, una cofradía, como la del Cristo Yacente de la Santa Urna consigue, hace posible el crecimiento, desarrollo humano de sus cofrades mediante la realización en común de determinados valores.
Entre estos: el respeto, la entrega desinteresada y la humildad.
Sólo a través, mediando estos valores, es posible superar un individualismo ciego y estéril, crear una comunidad.
Humildad…, es cierto. Sin embargo, no podemos menos que sentirnos orgullosos de nuestra banda de cornetas y tambores –que ahora escucharéis-. Orgullo de la banda como un todo, pero también de todos y cada uno de sus integrantes, pues, en muchas ocasiones desafiando las duras e inclementes condiciones de nuestros inviernos, son un ejemplo para los demás en su entrega, por su respeto y por su humildad.
Y porque además, tocan verdaderamente bien.

Queremos agradecer al Corte Inglés que nos haya invitado en esta ocasión. Estamos seguro que nos servirá como estímulo para seguir en movimiento. Y también os agradecemos a todos vuestra presencia.

Muchas gracias.

martes, 16 de marzo de 2010

sábado, 13 de marzo de 2010

Semana Santa 2010


"PASIÓN POR EL CAMINO"
El Corte Inglés de León
Del 11 de marzo al 4 de abril de 2010.
El martes 16 presentación de la Semana Santa de Benavides
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